sábado, 5 de noviembre de 2016

COLOMBIA: Boyacá y Santander

De Barichara a Curití. Resbalaba tanto que al empujar
retrocedíamos más de lo que avanzábamos
El 26 Septiembre 2016 tras 14 días, abandonamos Bogotá, que nos ha encantado, pero ya estamos deseosos de conocer pueblitos y la vida rural. La única forma rápida de salir de Bogotá es subiendo "La Calera" durante dos horas... Aunque las penas se transforman rápidamente en alegrías cuando nos alcanza Álvaro, amigo de Bogotá, para acompañarnos unos kilómetros, o cuando en la cumbre, Emiliano, socio de Hernán, nuestro casero de Bogotá, nos brinda un gran desayuno en su restaurante de comida española "Casa Emiliano".
Este primer día de ruta ha sido bien duro, al punto que Anne Sophie no paraba de preguntar si su rueda iba pinchada...
Hemos acabado en La Guatavita, donde está la laguna que dio origen al mito de El Dorado, una supuesta ciudad construida en oro... que a tantos hizo perder la cordura y la vida. En esta laguna
Nemocón: es un placer encontrar en un pueblo tan pequeño
gente con tanta ilusión como los Padres Ananias, José
 y su hermana Amalia
el cacique se bañaba tras ser cubierto de polvo de oro, de ahí la información deformada que llegó a los españoles. Quien visite el Museo del Oro en Bogotá, podrá ver miles de piezas recuperadas de esta laguna, e incluso una reproducción en oro de la barca en la que llevaban al cacique.





Villapinzón: ¡Encuentros en la Carretera! Con Nico (México)
y Dani Ku (España www.vivirenbicicleta.com), con quien
tenía contacto por internet desde hacía años.






No nos importa hacer desvíos y nos dirigimos a Zipaquirá, a ver su "Catedral de Sal", hasta que nos enteramos del precio de la entrada para extranjeros (50.000 pesos = 15€) y decidimos cambiar el rumbo hacia la más modesta mina de sal de Nemocón y su "Capilla de Sal", nos encantó el pueblito tranquilo y limpio, donde hasta nos entrevistaron en la radio, pero sobretodo nos sorprendió que su calle "comercial", que no mide más de 100m, tiene una animación desproporcionada a la tranquilidad del pueblo, pero exclusivamente de 6 a 7pm, después hemos encontrado mucho este curioso fenómeno...
Seguimos encontrando pueblitos, todo en un constante sube-baja y en un constante ponte y quítate ropa, tenemos las 4 estaciones cada día, mucho frío en las mañanas, calor en las subidas con sol, para tenerse que abrigar en cualquier bajada porque el viento siempre es muy frío (estamos entre 2.500 y 3.000m de altura) para después ponerse el impermeable porque comienza a lloviznar.
Y también ha sido un grandísimo viaje gastronómico, quizás el más variado que hice nunca, raro es el día que no degustamos al menos 2-3 novedades culinarias: frutas, producto, comida...  llevamos no menos de 50 frutas, 30 platos nuevos y quizás otros 30 tipos de arepas diferentes (producto nacional) aunque la imbatible es la "Arepa de Boyacá" con cientos de puestos junto a la carretera a la altura de Villa Quemada.
Las famosas AREPAS DE BOYACÁ..... ¡¡las mejores entre los 30 tipos que hemos probado!!

¡Guanábana! Junto a la Granadilla y la Pitaya, una de nuestras
frutas favoritas en todas sus formas: fresca, en jugo, en guanabanazo...
En Villa de Leyva con Orlando,
artífice de nuestros buenos días allí.
Haciendo el tonto con otra de tantas
cosas que en América tienen tamaños
descomunales
Pero en los viajes en bici, siempre hay lugares, gente, momentos, en los que te sientes cómodo y quieres quedarte a disfrutar y descansar, y esto nos pasó en Villa de Leyva, y casi de casualidad, y como muchas veces en momentos complicados en los que se nos acababan las opciones, apareció
Villa de Leyva. ¡Qué mal negocio hizo Renault
con los 4L y los R12... se ven por miles 50 años
después!
Orlando, sin cuya amabilidad y generosidad la ciudad no habría sido igual, nos enamoramos de esta ciudad tranquila pero con varios museos, festivales, eventos culturales, un mercado en el que compramos cada fruta desconocida  que vimos y en el que pasamos el difícil momento del
Referendum en el que se rechazó el acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC. Tras la votación nos recomendaron esperar un día aquí para saber cómo evolucionaba todo, y parece que todo seguirá tranquilo y que tanto el ejército como las FARC prorrogarán la tregua. Nadie se explica el resultado, aunque los del "No" han visto que son tantos que ya no se ocultan para explicar su voto, razonado en la mayoría de los casos.

Leyendo en la ruta mientras esperamos que escape.







En Moniquirá, con René, Aleida, Isabela y Diego















Con mucha pena volvemos a dejar la comodidad de Villa de Leyva, para continuar el sube y baja de la región de Boyacá, es casi normal que el ciclista colombiano Nairo Quintana sea de aquí y todos nos pregunten si, lógicamente, hemos ido a verle... Por otro error de cálculo y por 2 horas perdidas debajo de un tejado mientras llovía, terminamos  en Moniquirá y de nuevo, gentilizas del destino, se nos aparece René y su familia, que además de solucionarnos los problemas logísticos, nos regalaron el mejor bocadillo (dulce de guayaba) y dulce de leche de Colombia, que se produce allí.
Bajando aún más entramos en el Departamento de Santander, ya menos frío pero con los mismos sube-bajas o sube-sube constantes. 

En Socorro










¡¡Los famosos CHORIZOS LIGHT!!
Dormimos en pueblos de carreteras sin nada, en otros con mucho (Socorro), y parando a visitar toda actividad novedosa que veíamos (piscifatorías, trapiches de panela, plantaciones de caña, fábricas de café...).

Llevando la Caña al Trapiche para hacer la omnipresente
"PANELA" masa azucarada sin refinar, mucho más rica.

Y aquí cambian nuestros planes e itinerario cuando vemos que en un pequeño pueblo llamado Zapatoca, fuera de toda ruta lógica, hay dos personas que residen allí y viajan en bicicleta... ¡¡qué raro!!... pues les contactamos, nos invitan, y allá nos vamos. Para nuestra sorpresa nos encontramos con el pueblo ideal, a la altura ideal para tener el clima ideal, y por eso se ha convertido en una especie de "refugio" de gente que no aguanta más ciudad o el calor de Tierra

Caliente o que simplemente pasaban por aquí y se quedan... y allí pasamos otros 5 días con visitas, veladas e intercambios gastronómicos bien interesantes. Aún con más pena, nos fuimos, no sin antes pasar por la casa de Pipo, en La Fuente, que forma parte del grupo de "refugiados" de Zapatoca,
En Zapatoca, con Armando y Sonia,
amantes del vino y culpables de que
hayamos conocido una Colombia
diferente.
aunque vive más abajo....  y nos deleitó con música regional con su Tiple y su Cuatro y nos cautivó y emocionó contándonos en primera persona muchos pasajes dramáticos de los enfrentamientos que en esta zona tuvieron las FARC con los paramilitares y el ejército, en los años más crudos de la guerra (década del 2000).
Intentando difundir el gusto por el buen pan francés-español...

En la Fuente con Patricia y Pipo con su Tiple

En Zapatoca, con Mario y Anne Sophie
cicloviajera cuyo viaje acabó aquí.






















De La Fuente a Guane... aún por bajar 400m y subir 1000m a
continuación, por carretera "destapada".
Afortunadamente que lo pasamos genial en Zapatoca, y no renegamos mucho durante la bajada al río Suárez (a 400m) y remote hasta Guane (1000m) y luego a Barichara (1300m) por una pista de mala a muy mala, fue una jornada de sólo 36km, pero durísima, llegué exhausto a Guane, y para ahogar las penas, a la entrada del pueblo daban a probar Sabajón, un licor dulce y cremoso que fabrican allí.... a la 4ª degustación ya les dije que me vendiesen la botella entera, de la que dimos cuenta en no más de 5 minutos.
Barichara, dicen, es uno de los pueblos más bonitos de Colombia. Nos gustó, pero después de la buena experiencia de Villa de Leyva no nos impactó tanto. ¡No olviden comer "cabro"! Yo no lo hice y luego me fue difícil encontrarlo.
"Chulo", ave carroñera de por aquí,
las hay por cientos y le motivan
a uno a no tener caídas graves...
En Curití, con Alix
Aunque el 90% del recorrido lo hemos hecho por carretera, es el 10% de camino ("destapado") lo que más recuerdos deja: nos encantó el camino rural que tomamos para ir a Curití, en lo bueno porque lo descubrimos al azar y fue bonito, mucho mejor que la carretera, y en lo menos bueno porque a mitad de subida una tormenta dejó todo hecho un barrizal resbaloso, al punto que no valía ni empujar la bici porque al intentarlo la bici no avanzaba y tú sí que retrocedías, quitado las bolas de barro de los frenos con las manos para que la rueda diese otras 5 vueltas antes de volver a quedar bloqueada... y lo peor era la certeza de que ningún hotel de Curití nos alojaría en el estado que llegamos... pero como siempre... el destino salvador se apareció en ese caso en forma de manguera prestada por la agencia de aventuras a la entrada de Curití: lavamos bicis, equipajes y al mismo ciclista de forma integral, no lo hicimos mal porque en el primer hotel que preguntamos nos admitieron, a pesar del reguero de agua que íbamos dejando por el pasillo.
Guane, en cama tradicional de cuero tensado... por la mañana necesité 3 horas
para desentumecer los músculos..... 
En Barichara: Monumento a las "Hormigas Culonas" la delicatesen
culinaria de la zona, asadas o fritas, las venden en bolsitas.
Nos acercamos cada vez más a la temida "Tierra Caliente", pero antes de abandonarlo, el "Altiplano" no tiene reservada una maravilla, para dejarnos buen recuerdo, "el Cañón de Chicamocha", 20 km de descenso, bajada desde los 1900m a los 500m y unas vistas espectaculares de la montaña descarnada por el río que se ve minúsculo en el fondo. Después de tanta belleza hubo que subir casi otro tanto, pero la penas con baño, chicha en la subida y una "piña oro-miel" partida en rodajas en la cumbre, son más llevaderas. Fue nuestra etapa más dura hasta el momento: 95km con 2.100m de subida, salida a las 5,30 y llegada pasadas las 6pm, de noche.
Cañón del Chicamocha
Cañón del Chicamocha
Cañón del Chicamocha
Perfil etapa del Cañón del Chicamocha
Café
Tierra de Cacao

1 comentario:

  1. Como siempre estupendo el relato Jorge.

    Seguir disfrutando, un beso para esa estupenda compañera de viaje que llevas y un abrazo para ti.

    Gracias por compartir esas vivencias.

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