Argentina: Paraná

Gaucho Argentino - Alemán

¡¡Ocioseando!!

Cuando escribo esto es 21 de Marzo, hace justo un mes que salí de España.

Desde luego que no me maté a pedalear.... 950 km en todo un mes. Pero la vida social me retiene...y llevo casi 2 semanas sin avanzar, ya les cuento:

El martes 13 de marzo 2012 dejo Rosario, tras 5 extraordinarios días ocioseando y de asado en asado, pero a pesar de la infinita hospitalidad de Horacio y Celeste, algún día había que partir... Extrañamente salgo en autobús, porque hay que cruzar el Puente sobre el río Paraná entre Rosario y Victoria y ya me sé el rollo de siempre:  ¡Prohibida la "tracción de sangre"!...(ojo!! es un puente de 60 km!!).

Salgo tarde y sé que se me hará de noche en mitad de la nada, pero la consigna de que "El Señor proveerá" todo lo soluciona (a pesar de no ser creyente), y me lanzo....

... tras contemplar desde la bici un atardecer espectacular, aparece de la nada y para sacarme del apuro, "Molina Doll", un "paraje" (poblado disperso), ¡con Bar de gauchos y Camping! El Camping está cerrado, pero los dueños se apiadan de verme en bici y de noche, y me habilitaron un "Galpón" (nave) donde dormí estupendamente.

Como curiosidad cuento que los bares de gauchos suelen ser muy sencillos, venden de todo, y siempre tienen un grupo de 6-7 gauchos jugando "al truco" (juego de naipes). Entrar es una sensación rara, porque dejan de jugar a los naipes, paran las conversaciones y todos te miran..... lo más parecido que puedo describir es cuando en las películas del Oeste, llega el el forastero a la ciudad y entra al Bar de vaqueros... con la diferencia de que los argentinos son mucho más civilizados y aquí nadie sale a puñetazos.

Por la mañana hago los Km restantes hasta Diamante, donde me espera Pablo para visitar el  Parque Nacional del Pre-delta del Paraná. Aunque antes pasé por la Municipalidad para conectar a su Wi-Fi: "¡pero vos no sos de acá!","¡cómo un extranjero en Diamante, si aquí no viene ninguno....?" cuando les explico lo de la bici, no me dejan salir del edificio sin hacerme un "nota" (entrevista) para la Radio y el boletín municipal. Tengo que reconocer que es un halago el interés y amabilidad que me encuentro en todos los lugares.

Llego a la Ciudad de Paraná anocheciendo del miércoles 14 de marzo 2012, donde me reciben gustosa y amabilísimamente Juan, Gabriela y el hijo de ambos Felipe. Les conocí en un Hostel de Bruselas en 2009, son actores teatrales, con grupo propio. Jamás había convivido con actores teatrales y ha sido de lo más interesante. Tuve el privilegio de asistir a uno de sus ensayos, ¡y fabuloso! Además, convivir con ellos ha contribuido a convencerme de que los actores son personas normales, dentro de su infinita bondad!! (¡los tenía mitificados de tanto que me gusta el teatro!).

Mi vida en Paraná, gracias a mis anfitriones Juan y Gabriela, que me han informado de todo, ha pasado de ser un lugar donde pasar una noche, a ser un lugar clave de mi viaje:

·        Contacté con la Deriva Bicicletera, una especie de Masa Crítica que precisamente hacían un paseo por la ciudad la noche del Viernes, así que allá fui, y como siempre, gente sorprendente.

·         Me facilitaron el cauce para intentar localizar a unos maestros rurales que conocí en 2009 en el norte de Argentina (que la suerte quiso que finalmente encontrase!!)

Como curiosidad diré que el Mundo es tan pequeño que charlando descubro que Juan y yo tenemos conocidos directos comunes. También pasó con Horacio, mi anfitrión en Rosario, que en 2002 compartió 2 meses con el biciclown, a quién yo no conozco directamente pero sí tenemos conocidos en común.

El sábado 17 de marzo y el domingo los pasé en la ciudad de Santa Fé, cruzando el Paraná por el Túnel sub-fluvial (mismo rollo.... "prohibida tracción a sangre"... así que dedo a la ida y colectivo a la vuelta). Allí había quedado con Lucas, que me hizo descubrir todo lo que esconde su ciudad, y contrariar a muchos que desde la ciudad rival de Paraná me habían desaconsejado ir. Lo mejor, el convento de Franciscanos, y que cada noche los Santafesinos van por miles a la Costanera del río, simplemente a pasear, a tomar el fresco y unos mates, muchos se llevan las sillas de casa (¡impensable en España, para mi pesar!)....

Con Lucas, tomando mate en la costanera de Santa Fé

Ejemplo de portabultos resistentes ¡Qué envidia!