PARAGUAY: 3 días navegando por el río Paraguay

El "Aquidaban" aún a medio cargar

El martes 8 de Mayo, en Concepción, era el día del embarque en el "Aquidabán".

Durante 3 días y 3 noches remontaríamos el río Paraguay hasta "Bahía Negra", en la frontera con Bolivia, mi destino.

Bien pronto descrubrí el verdadero alcance de la misteriosa frase que me habían dicho en la boletería el día anterior: "debes ganarte un lugar para poder viajar..."

Cuando en el barco por fin ya no quedó ni un hueco libre ni dónde poner una bolsa más...... se impidió el acceso a más pasajeros. Pero sólo durante 10 minutos, hasta que todo se auto-acomodaba y entraban unos pocos pasajeros más. Esto se repitió todas las veces necesarias hasta que no quedó ningún pasajero sin embarcar.

Cubierta

Cubierta en pleno viaje

Ahí se ve mi bici, mi mayor miedo era que la descargaran en algún Puerto

 A las pocas horas de partir uno va conociendo el funcionamiento del barco:

- En la cantina hay que ser puntual, la comida se acaba y el primer día nos quedamos sin comer ni cenar: Sin problema, en el sotano del barco se monta un merdadillo en el que se puede comprar casi de todo:

Pasillos comerciales (y de acceso al baño, proa, camarotes...)

El "Aquidabán" es el único barco que lleva mercancía y pasajeros
a muchos de los poblados del Río Paraguay, una vez a la semana

En los puertos los lugareños suben al barco a hacer la compra semanal
de productos frescos: cebollas, fruta, huevos....

Y a la hora de dormir hay clases, yo tengo que reconocer que fui afortunado y conseguí cama, compartiendo camarote con Bernardo y Nelson al que acogimos dentro. Otros también tenían suerte y conseguían alquilar una hamaca, los demás como podían, aunque horizontal y estirado era casi imposible:

Sección hamacas, sobre la mercancía de la zona comercial

Cubierta, quizás a las 2-3 am

Con Nelson en nuestro camarote

A lo largo del viaje se va conociendo mucha gente, y muchos datos.
Yo, por ejemplo tuve oportunidad de hablar con mucha gente de Bahía Negra, y llegué a la conclusión de que no podría pasar a Bolivia desde allí, así que me bajaría antes en Puerto Murtihno (Brasil).

Con Bernardo, compañero de camarote

Descargando mercancía en Puerto Casado

Con Tracey, española que encontré el 2º día, va a quedarse unos meses
en un poblado indígena donde está preparando su tesis

La experiencia ha sido fabulosa y sorprendente a mis ojos, porque allí la gente lo ve con toda normalidad y sin perder la alegría. Esto confirma mi idea de Paraguay como un país feliz, allí nadie protestaba, y todo se compone para que más o menos funcione (como mi bici... en la bicicletería).
Al final he desembarcado en Brasil, ilegalmente porque no encontré quien me selle la entrada en el pasaporte, y ya estoy pensando en la estrategia para que me dejen salir del país sin teóricamente haber entrado....

Camarote vecino, manteníamos largas charlas por la ventana,
más cómodo y bonito que en el pasillo