BRASIL: Bonito y El Pantanal

Brasil o el país donde se paga por todo y donde he estado 6 días ilegalmente a sabiendas de que podría tener problemas, como finalmente sucedió.

Y es que tras navegar en el barco Aquidabán llegué a la conclusión de que cruzar directamente de Paraguay a Bolivia era difícil y costoso, así que desembarqué en Isla Margarita (Paraguay) y crucé el río Paraguay en una barquita hasta Porto Murtinho (Brasil). Allí encontré que no había lugar para sellar el pasaporte, ni banco para cambiar, y el cambista del pueblo estaba precisamente en el lado paraguayo.... en fin... convencí a unos jubilados que me cambiasen los guaraníes paraguayos que me quedaban.

Bici de carga artesanal, ¡y seguro que no le falla nada!

Fue llegar a Brasil, y unas carreteras extraordinarias... unas ciudades arregladísimas... ¡Por fin volví gente adulta usando la bici! y ¡Gente haciendo deporte...!. A diferencia de lo que creemos en Europa, Brasil tiene acá fama de rico y desarrollado (y más o menos es cierto). Bien lo saben en Paraguay y Bolivia donde los brasileros han comprado medio país.

Luciendo cuerpo en asado con brasileros del Hostel - Bonito

Mi primer destino fue Bonito, pueblo turístico agradable pero en el que todo está pensado para ir "desplumando al turista", ya que no tiene mucho que hacer si no pagas las "excursiones", aunque reconozco que merecen la pena: dejarse llevar por el agua cristalina del "Río da Prata" con miles de peces de todos los colores y una visibilidad de 200 m dentro del agua.... es Impresionante!!

En Bonito, tras casi 3 meses de viaje, es el primer lugar donde coincido con otros viajeros. Me alojé en un Hostel estupendo. El billar, piscina, hamacas, zona de encuentro, bar.... invitaban a crear buen ambiente y así fue. Por otro lado el desayuno era tan espectacular que apenas era necesario comer el resto del día.

Balneario municipal - Bonito

Hostel, con Hernan - Bonito

Flotación en "Río da Prata" - Bonito

Flotación en "Río da Prata" - Bonito

Rodeo-Baile que duró 3 días - Bonito

Aprendiendo en Internet cómo se ajustan perfectamente los cambios

Tras varios días esperando inútilmente que dejase de llover, tomé la decisión de salir el lunes 14 Mayo. En estos casos de lluvia he optado por NO protegerme de la lluvia, es inútil porque si no me mojo de la lluvia me mojo del sudor. Así que me pongo el bañador, la chanclas... y a aguantar el chaparrón, que duró todo el día, la ruta fue todo un sube-baja por la sierra de Bodoquena, y sin ningún lugar habitado en todo el camino, quizás por todo ello sólo paré 20 minutos en 7,30h de pedaleo y pude terminar los 137 km hasta Miranda, llegué bien fastidiado pero con  record histórico de kilómetros y en unas condiciones tan adversas.


Las secuelas no se hicieron esperar, en forma de rozaduras muy molestas (más por la lluvia que por los km) y un agotamiento físico que me ha condicionado los siguientes días.

Etapa Bonito-Miranda: 137 km bajo la lluvia

¡estos sí que saben...!

Festa "día das madres" - Miranda

En Miranda, avatares de la vida y sin yo pedirlo, terminé cenando en una "festa das madres" de un instituto y durmiendo en el salón parroquial. Fue lo único que no pagué durante mi estancia en Brasil.

Al día siguiente el tiempo mejoró, pero los 105 km hasta Buraco das Piranhas se me hicieron infinitos, para colmo, allí lo único que había era un puesto policial que no me dejaban ducharme y me decían de acampar alejado.... así que con mis pocas ganas de pasar más penalidades decidí tirar la casa por la ventana y marché a Passo do Lontra, una zona de alojamientos del Pantanal, donde sabía que había gente del Hostel de Bonito, con los que compartí la noche.

Armadillo - Pantanal Brasileño

El miércoles 16 de Mayo, sería mi último día en el Brasil. Decidí no contratar ningún Tour, pero acerté de pleno yendo con mi bici por el único camino que se adentra en El Pantanal, los animales ni me sentían llegar, con lo que vi todo tipo de bichos terrestres, acuáticos y voladores.
Me habían aconsejado llevar un machete atado a un mástil... tipo lanza, por si me encontraba con un Jaguar o las aún más peligrosas piaras de Jabalíes, pero como yo no me veía lanceando jaguares, marché finalmente a pecho descubierto, y salió todo bien.

Yacarés por miles, en cada charcha - Pantanal

no sé qué bicho será, parecía importante....

Ciervo o similar - Pantanal

Mi bici... en camioneta - Río Paraguay (Pantanal)

De nuevo me reencontré con el Río Paraguay. A estas alturas del día y del viaje, ya no estaba de humor para ver más animalitos, a mi cuerpo se le habían acabado las energías y las rozaduras de hacía 2 días no había crema que las anestesiara, así que monté en una camioneta que me llevó a Corumbá. De ahí a la frontera, 25 km de pedaleo, y con ellos doy di por finalizados mis días de pedaleo en ruta, precisamente en Puerto Quijarro (Bolivia), de nuevo junto al Río Paraguay, afluente de aquel río que comencé a remontar hace 3 meses en Buenos Aires (Río de la Plata y Paraná), y que ha sido el hilo conductor del viaje.

Y en la frontera, sucedió lo que me esperaba, problemas y graves:

En Bolivia, como ya me imaginaba, fue imposible hacerles entrar en razón, si fuese por ellos aún seguiría en el río que separaba ambos países. Tuve que regresar a Brasil, y con mapa delante les expliqué mi recorrido, el asunto de viajar en bici.... y tras un buen rato y mostrarles incluso la bici, conseguí que me pusiesen el sello de salida sin tener el de entrada, sólo así me dejaron entrar en Bolivia, a la que adoro, pero por motivos bien distintos a los burocráticos.