Con Josue, en la cima de La Malinche - 4.461m |
En el DF me habían hablado de que había un volcán, La Malinche, de más de 4.000m!!
¡he decidido que no me voy de México sin subir un volcán! y lo voy a hacer de forma auténtica, yendo incluso al
punto de partida por mis medios, en bici y con toda la carga.
Lo primero, el Jueves 7 marzo, ha
sido marchar a Tlaxcala, es ya el 4º estado que visito tras el Estado
de México, Morelia (capital Cuernavaca) y Puebla. En la ciudad no hubo mucho
que hacer, y apenas pasé la noche. Pero era una ciudad cercana y quería
probarme tras mi convalecencia de 3 días. Allí es famoso el Pulque del que di buena cuenta (nótese que las pulquerías siempre tienen nombres muy notorios....
Dicen que en Tlaxcala se conservó mucho la tradición y raza originaria, ya que al aliarse con Hernán Cortes en su lucha contra los Aztecas, se les respetó mucho. Por esta alianza les dicen "Traidores", lo que no cuentan son las penalidades (incluyendo sacrificios masivos de cautivos) que les hacían pasar los Aztecas. Yo no he notado tanta diferencia étnica. Pero sí una ciudad tranquila y agradable.
La prueba física “de fuego” ha sido el viernes 8 marzo, que tocaba la
etapa de “aproximación al campamento
base” de La Malinche, desde los 2.100 m de altitud hasta los 3.100m, en
40 km por caminos no muy católicos y con todos mis enseres, que vienen a sumar
unos 50 kilos, bici incluida.
He disfrutado muchísimo la subida, porque por fin, y por primera vez en México circulo por caminos y carreteras casi sin tráfico (cosa muy difícil acá, son muchos habitantes). Como es habitual, se me ha hecho
de noche…. pero ya fui preguntando, y parece ser que este volcán aún está libre
de asaltantes…. así que sin problema.
Lugareños bajando leña. Al fondo, La Malinche |
Ya bien entrada la noche, me cruzo con una Patrulla de la Policía, que no se podían creer que hubiese una persona subiendo en bici, cargadísimo y a esas horas de la noche… me dieron el alto e interrogaron, pero con toda la buena intención. Incluso me ofrecieron llevarme en su camioneta, lo que rechacé (¡después de subir el 90% a puro pedal, no iba a trampear por un trocito!), aún me sentía con fuerzas.
La siguiente oferta, que casi acepto, vino de unos cuidadores de maquinaria, con los que me senté 20 minutos a calentarme en su hoguera…. a punto estuve de acampar con ellos. Aclaro, y aviso a bicicleteros que quieran sobrevivir en México, que hay que tener mucho cuidado con estos encuentros, especialmente los nocturnos, esta gente están cuidando maquinaria y se arriesgan ellos mismos a ser asaltados, de hecho están armados, y bien podrían ser de "gatillo fácil" si se trata de proteger su vida, así que es imprescindible saludar de bien lejos, identificarse, no cegarles con tu linterna sino alumbrarte a ti mismo para que te vean... charlar de lejos... y sólo entonces acercarse.
Muy buena gente, y muy trabajadora (como todo el mundo en México), trabajan por el día y vienen aquí por la noche a ganarse un pequeño sobresueldo para su familia. Pero tras calentarme un rato, decidí seguir con la bici hasta los 3.200 m de altura, para luego bajar hasta los 3.100m desde donde salen las ascensiones.
(en un convento de Puebla) Sin ser yo creyente, la frase me es de aplicación y la uso mucho |
Bueno, hay que agradecer la intención, pero lo que prometía ser un romántico alojamiento rústico, la la susodicha "Cabaña de Madera" donde voy a dormir, tiene sorpresa, un grafiti ya avisa: “Cuidado con
los ratones”. El asunto me ha dado inspiración y estoy escribiendo estas líneas desde aquí dentro.
Cabaña de madera que compartimos los ratones y yo |
La cabeza para acá, por donde parece que circulan menos los ratones |
Ahora que llevo aquí dentro un par de horas, han tomado confianzas (bastantes), y se dejan ver casi por cualquier lado, lo peor son los que asuman por dónde pensaba apoyar la cabeza para dormir, ya me cambié de lado. También acojona bastante los que corretean por el “falso techo” de cartón húmedo, ya que en cualquier momento se va a caer…. se están dedicando en vida y alma a persuadir al nuevo inquilino usurpador (osea, yo) de que me vaya.... ¡¡y no lo van a conseguir!!
Hoy será día de superar un miedo más, no creo que me coman.... Lo que sí voy a hacer es dejar la bombilla encendida para que no tomen aún más confianzas y terminen corriendo por mi cara…. Mañana contaré!!!
¡Sobreviví a la noche sin daños aparentes! Le avisé al dueño delicadamente de la cantidad de ratones que había.... y claro, él comprensivo (con los ratones), les justifica en que el que fui a inoportunar fui yo, que ellos viven allí todo el año y tienen sus derechos adquiridos....
Por la mañana vino Josué, de Coachsurfing, con quien voy a ascender, aunque luego nos encontramos mucha más gente, relato la ascensión en fotografías:
La primera zona de ascensión, tranquila y entre pinares |
La Malinche al fondo |
Pequeña trepada |
Comité internacional en plena cumbre de La Malinche |
Descendiendo de La Malinche, camino de Alzayanca. Aún quedaron fuerzas para hacer 45 km en bici (y sólo 10km eran de bajada) |
Jorge, eres un crack y un tío con principios, ¡así se sube un volcán! Yo he subido el Tourmalet con alforjas pero comparado con tu volcán, las compañias nocturnas y los malditos roedores, cosa de niños. Bonita crónica y fotos, como simepre. Me estaba preguntando cómo te las apañas "energéticamente" para cargar todos los aparatos electrónicos: aprovechas la oportunidad de disponer un enchufe, llevas baterías de repuesto, generas tu propia energía (dinamo), etc.
ResponderEliminarBuen viaje y Dios proveera!!!
Hola Jorge Velasco, gracias por el comentario. Te digo que la electricidad nunca me ha supuesto un problema, y siempre recargo con enchufes, no llevo ni cargador ni panel solar..., incluso allí en la base de La Malinche, en la tiendita, pude cargar un poco la batería de cámara y celular, es raro pasar un día entero sin cruzarte con un enchufe, aunque suponga tomarse un café.
ResponderEliminartambien me hacía la misma pregunta que jorge, gracias por responder !
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