martes, 19 de marzo de 2013

MÉXICO: Oaxaca - Sube,sube y sube!

Bomberos de Chignahuapan, con el orgullo del cuartel,
un camión de 1.949 que funciona perfectamente.
Tras 5 días de pedaleo desde Puebla, he llegado a Oaxaca al límite de mis fuerzas.....

Van 1.890 km desde que llegué en enero al DF, y 9.365 km del periplo americano, pero estos 5 días han sido los más duros con diferencia, no sólo porque hemos pedaleado desde la mañana a la noche, sino porque el recorrido ha sido una sucesión infinita de subidas y bajadas durante más de 500km.

Perfil "poco amigable" de Puebla-Oaxaca
Por el camino, paisajes impresionantes, desiertos de todos los tipos, valles fértiles, campos de maiz.... gentes que nos han brindado su hospitalidad cuando no teníamos ni dónde dormir, y cosas que contar a los nietos, como pasar una noche en los calabozos de la cárcel de Nochixtlan.

Además durante unos días me ha acompañado Miguel, un cicloturista argentino que viene de Alaska, y espera llegar a su país en un par de años. Decidimos encontrarnos el 12 de Marzo en Chignahuapan (Sierra Norte de Puebla).
Yo salí al encuentro con Miguel desde Alzayanca el domingo 10 de marzo donde me alojé en la casa de Rafael, que es pintor, y con toda su ilusión está montando una casa-museo en este pueblito productor de pulque. Por la mañana vinieron a desayunar Gonzalo y su familia, con quién había estado hace unos días en Tlaxcala.
Familia de Gonzalo y Rafael, en Alzayanca


Fabricando las mejores tortillas de Alzayanca


Con la barriga bien llena (¡¡los "desayunos mexicanos" son tremendos!!) partí con la bici “a la aventura”: sin lugar donde llegar ni dormir, es la sal del viaje.... una pequeña emoción que conviene ejercitar.... y que siempre depara pequeñas sorpresas.
Policía-Bomberos de Ciudad Industrial Xicotencatl

Comprando Pulque en un Tinacal
El día, estupendo, con el volcán La Malinche presidiéndolo todo: carreteras secundarias, sin cuestas, sin tráfico, sol, viento a favor.... de estos días en los que uno retoma todo cariño perdido al viajar en bici. Y la noche me llegó en Ciudad Industrial Xicotencatl.... y acá comencé este año mi temporada de bomberos-policías.... y como siempre amabilísimos.... cuando les comenté mi aficción por el Pulque, les faltó tiempo para llevarme en el coche patrulla a un “Tinacal”, donde lo hacen (aclaro que los policías no tomaron), el campensino que lo fabrica nos explicó que se levanta a las 4am para ir a retirar el “aguamiel” y “raspar” los magueis, que por la tarde tiene que volver a hacer la ronda, y así 365 días al año..... y todo (opinión mía) para que vayamos a las 8pm a levantarle de la cama, nos atienda, nos venda 3 litros por 15 pesos (menos de 1€) y aún se acostumbra a regalar una “probadita” de un litro para tomar allí mismo!!
Poblaciones (como casi todas) con nombres impronunciables
ni llevándolos apuntados sabes cómo leerlos, porque hay
que decirlos "a la carrera" o te quedas trabado a la mitad......

Bomberos de Chignahuapan, de amabilidad esquisita
El lunes 11 marzo llegué a Chignahuapan, punto de encuentro con Miguel, que llegaría al día siguiente.
Los bomberos de acá, incluso fueron a buscarme en su camioneta, y pasamos muy buenos días con ellos: este cuartel tiene un ambiente estupendo, se comparte comida y viandas, y cada uno de los que allí trabajan tienen historias interesantísimas que contar, muchas relacionadas con cruzar ilegalmente a los EEUU por el desierto. Hasta nos dieron un paseo en el orgullo del cuartel: Un camión de bomberos de 1.949 que aún funciona perfectamente.

El martes: internet, descanso y llegada de Miguel (argentino), él está recorriendo toda la Carretera Panamericana, desde Alaska hasta Argentina.
Con Miguel, en el cuartel de bomberos de Chignahuapan
Chignahuapan, cantina de 5 m2 en la que cabía todo lo típico:
"norteños" tocando, borrachos, una mujer que se quería casar
con nosotros.... muy folclórico!!!  Nosotros fuimos a comprar
pulque para llevar, y como éramos la novedad, de "probadita" (muestra
gratuita) en probadita, salimos medio borrachos.
Bomberos de Zacatlán
El miércoles fuimos a los famosos baños termales de Chignahuapan, que tienen tal temperatura que parece que la gente se mete a auto-cocinarse.... pero a todo se acostumbra uno, y allí pasamos un par de horas. Luego, cascadas de Quetzalapan y en bici a Zacatlán, donde también nos alojaron los bomberos.

Lo que no he contado hasta ahora, y de lo que nadie nos avisó cuando nos decían que esta zona era muy bonita, es que unos km antes de Chignahuapan hay un puerto de montaña que divide los climas de México, y que pasamos del clima “Pacífico” al “Atlántico”, y que esto traducido es que casi todos los días son nublados, lloviznando, y con bastante niebla, lo que hacía inviables nuestros planes de viajar en bici por la zona... así que hemos decidido regresar a Puebla en bus, y de allí encaminarnos a Oaxaca de donde tantas maravillas nos habla todo el mundo.

Zacatlán, con una niebla que hacía muy peligroso continuar en bici

Puebla, con David, Alejandra y sus hijos Diego y Ana
En Puebla estuvimos con la familia de David, un vallisoletano que se casó con una mexicana y lleva en México 7 años.
Está lleno de ilusión y capacidad de trabajo, y junto a unos socios han montado una empresa de lo más mexicana: Dulces de Nopales (cactus mexicano), lo deshidratan y lo convierten en una saludable golosina para niños. Nos llevó incluso a visitar sus oficinas y nos regaló un lote de sus productos, que están bien ricos, y más sabiendo que no es una gominola, sino puro nopal. Dejo el enlace de la empresa por quien pueda interesarle: Knijos - NPLhealth.
Puebla, en la casa de David


En las oficinas de Knijos-NPLhealth, donde David nos
un lote de sus productos.














En Tecamachalco, Sandra y sus padres Eduardo y Graciela
El viernes 15 de marzo comenzó nuestra travesía hasta Oaxaca, y éste sería nuestro único día sencillo, 70km para llegar a Tecamachalco. Ahí decidimos que no podíamos seguir por la carretera “federal” (gratuita), llena de tráfico y sin "acotamiento" (arcén). Tampoco queríamos ir por la “Cuota” (de pago), por aburrida. Así que nos embarcamos en dar un considerable rodeo por carreteras secundarias del interior. Fue un acierto, y lo que vimos y vivimos compensó la semana de pedaleo más dura que recuerdo.


El sábado 16 marzo, etapa de Tecamachalco a Acatlán, según nuestros cálculos 106km, la realidad: 145km.... muy bonito todo, pero cuando vi este cartel unos km antes del km 106.... (no pude resistir grabar el video que adjunto debajo):

Lo peor era que, según nuestros cálculos (erróneos), a partir del kilómetro 106 era todo subida... así que ya casi de noche, cuando apareció un bus, no dudé en tomarlo..... lo que no sabía era que nuestro perfil de etapa también estaba equivocado...... ¡y fueron 30 km de pura bajada!!!!!!!    ¡¡¡¡agggggg!!!!!!!!   ¡¡¡¡¡Qué rabia!!!!! ¡Hacer en bus 30 km.... de bajada!!!

Cualquiera que monte  o viaje en bici entenderá el sentimiento anterior, además, a los que viajamos en bici, por orgullo y amor propio no nos gusta subir en "movilidades".... es como hacer trampa... pero puestos a hacerla.... al menos que sea en subida!!!!
Acatlán, con Eduardo y Feliciano

En fin, para colmo, perdí a Miguel durante los siguientes dos días, él iba por delante mío y tampoco llegó a Acatlán en bici, se quedó en pueblito, donde en compensación a darle alojamiento le tuvieron jugando a baloncesto toda la noche (tras 120km de bici!!!). Yo tuve más fortuna, y la pasé más tranquila, porque mientras esperaba infructuosamente a Miguel en el zócalo (Plaza Mayor) de Acatlán, se me acercó el Sr. Eduardo y terminamos tomando cervezas y ofreciéndome su más que humilde casa, sin agua ni luz, para pasar la noche.


Huajuapan, con voluntarios Martin, Nimrod y Ángel
El domingo 17 de marzo continué viaje sin saber qué había sido de Miguel, y el destino fue Huajuapan de León, día de paisajes fabulosos y cambiantes a cada kilómetro. En Huajuapan había varias actividades, desde concurso de meseros, hasta feria y fiestas, pero no tenía yo el cuerpo para demasiados bailes, y sí para comerme y beberme todo lo que caía en mis manos.




Con Armando y Juan, que me acompañaron e hicieron más liviano
un tramo del camino

Abandono el estado de Puebla y entro en el de Oaxaca

Calabozos en la cárcel de Nochixtlan
El lunes 18 de marzo, también de paisajes impresionantes y carretera bastante entretenida por curvas, puertos, la sucesión infinita de subidas y bajadas.... Las bajadas ya no me hacen ninguna gracia, porque sabes que tras ella viene otra subida, uno preferiría "quedarse ahí arriba" todo el tiempo.
Llego a Nochixtlan, donde unos amigos nos habían hablado del albergue "DIF", extraño albergue porque resulta que cierra los festivos, y éste lunes es festivo!!! ... en fin... vuelta a la "opción B: Policía"...  allí me encontré de nuevo a Miguel.... que llevaba horas esperando el regreso del Comandante que era quien debía decidir sobre nuestro destino:


Lo que no esperábamos es que nuestro destino fuese pasar la noche en los calabozos de la cárcel de Nochixtlán.... es lo que había, o eso o la P..... calle, no estuvo mal la experiencia, a pesar de los catres sucios, las letrinas inmundas o no tener agua en todo el reciento. Pero lo peor fue que nos echasen con urgencia a las 6 am.... ¡Teníamos que ceder nuestro alojamiento a inquilinos con "derechos adquiridos"....  Traían unos presos, y no nos hicieron caso cuando les dijimos que nos encerrasen a todos juntos pero que nos dejasen dormir un poco más, que estábamos destrozados!!!

Casi mejor así, luego pregunté por el delito que habían cometido, y me dijeron que "homicidio"...

En la "Cocina Económica" que me devolvió a la vida
El último día de travesía, el martes 19 de marzo, fue para mí el día más duro, supongo que por las ganas de llegar a Oaxaca, porque me habían dicho que era todo "pura bajada", lo cual resultó ser "pura mentira", y porque el recorrido fue por la autopista, que es lo más aburrido que hay, sin pueblos, sin vendedores, ni nada que hacer que no sea pedalear. A mediodía conseguí escaparme de la autopista para comer algo en un restaurante económico, que me devolvió a la vida, porque digo que este día estaba tan destrozado que no era ni persona. En el restaurante, como constantemente acá en MÉXICO, la gente siempre amable, te preguntan, les cuentas, y si me dejase me invitarían a casi todo.

La primera impresión de Oaxaca ha sido estupenda, me recuerda mucho a Ávila, mi ciudad, por las iglesias de piedra, los muros altos que cierran los huertos de los conventos, los adoquines de granito.... Mi intención es quedarme aquí 10-15 días, visitando ciudad y alrededores y recuperando el cuerpo y el alma. También me despido de Miguel, con quien tampoco he compartido mucho (entre días perdidos y que él pedalea más rápido y hace menos paradas), pero siempre es agradable comentar las anécdotas al final de la jornada.




2 comentarios:

  1. Un gustazo, como siempre, leer tus aventuras, ver tus fotos y esta vez hasta oirte!!!

    Bsos y cuídate mucho.
    Carmen

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  2. hOLA!...Maro de Habló de tí, soy de Puebla y estuve en Valladolid.. me hubiera gustado conocerte... pues qué decirte, sensacional tu viaje, experiencia y fotos!!!... y compartidas, mejor!

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