Argentina: Rosario

Cuando alguien que no te conoce te acoge en su casa y te lo da todo sin esperar nada a cambio.... a uno le desnudan el corazón. Es imposible agradecer en su justa medida tanta generosidad y amabilidad. Esto es lo que me ha sucedido en la ciudad de ROSARIO.

Entre Ríos y Entre Gauchos:

Los días previos a mi llegada a Rosario transcurrieron por las Pampas de la provincia de Entre Ríos, campos infinitos y miles de camiones dando salida al grano y a la soja que se exportan desde Rosario al mundo.

Ésta es tierra de Gauchos, y un privilegio poder disfrutar (aún) de su elegancia al montar (sin silla sino unas mantas), su elegancia en el vestir (con camisa, sombrero...), del dominio del caballo, del que le gusta alardear....

Sin embargo me resultó difícil entablar conversación con los que me encontré de tanto en tanto, ¡no nos entendíamos!.
Hay que decir que este oficio está en peligro de extinción, ya que su materia prima, las vacas, están siendo sustituidas por campos de soja, más rentable. 

Acostumbrado a ir solo, fue bonito compartir casi 50 km de pedaleo con un señor de 60 años que hace este recorrido una vez a la semana ¡para ir a trabajar!
Fueron días de lluvia, lo que condicionó el pedaleo, el alojamiento y que trajo una invasión de mosquitos voraces, que me obligaron a refugiarme en la Estación de Servicio - Bar Los Cerros durante casi 24h, se hizo breve, porque a pesar de estar en mitad de la nada, tenían Wi-Fi, así que me hice mi rinconcito en el bar y aproveché para ponerme al día, ya era como de la casa, hasta me dejaron poner la carpa en la zona del taller, por la amenaza de lluvia. Después en Victoria, disfruté de la hospitalidad de Mariela y su familia.

Familia de Mariela en Victoria

Rosario, las rosarinas y el asado:

En Kayak por el Paraná

El primer inconveniente para llegar a Rosario fue cruzar el macro-puente de 60 km desde Victoria. De nuevo no dejan "tracción a sangre".... y aquí no hubo suerte y me aburrí de hacer dedo en la rotonda, así que en omnibus....

Con Horacio, Celeste y León

En Rosario había contactado con Horacio, que casi sin conocerme se ofreció a alojarme junto con su esposa Celeste e hijo. Horacio es una persona increíble, ahora joven padre de familia, pluriempleado y Triatleta, pero en 2002 decidió dejarlo todo y comenzar un viaje en bici que le llevaría durante 3 años por toda América Latina, salió sólo con 800 dólares en el bolsillo, pero este inconveniente se transformó en una aventura impresionante.

Asado de los Viernes

El mejor recuerdo que me llevo de Rosario es haber estado integrado por unos días en la vida argentina, algo difícil para el turista. Horacio me invitó al asado de los viernes con sus amigos, al de los domingos con la familia de Celeste, a remar en Kayak por las islas del río Paraná (deporte masivo en Rosario)...

También había contactado con la gente de la MASA CRÍTICA de Rosario, y del Bike-Polo, fueron estupendos, coincidí casi todos los días con ellos y jugué mi primer partido de Bike-Polo, todo un descubrimiento, aunque a mi bici le costó un par de reparaciones.... y a mis piernas algo de yodo-antiséptico durante unos días....

Gente del Bici-Polo de Rosario

Mil gracias Horacio, Celeste, Mariano, Carol, Alejandro, Matías... para mí, Rosario han sido ustedes.

Ah!! y en referencia al sub-título que encabeza:

- Los mejores asados que he comido en mi vida (hasta la fecha): Los rosarinos.

- La fama de las rosarinas: ¡es verdad! impresionantes.

"El Ché" ilustre rosarino. También viajó en bici (pero con motor acoplado!!)