jueves, 10 de marzo de 2011

Marruecos

Del 10 al 23 marzo 2011: MARRUECOS (Marrakech-Safi-Essaouira:
Todos los integrantes de este viaje tenemos metabolismos tropicales, así que fuimos al Sur, a Marruecos en busca del añorado calor, sol... pero lo que nos encontramos la primera semana fue...frío, lluvia y hasta granizo... nos pasa lo mismo todos los años, y no aprendemos... Si en invierno queremos calor, hay que ir a Cuba o al hemisferio Sur, en fin... menos mal que en la segunda semana el tiempo mejoró....



Lo importante es que el ánimo no decayó y los primeros días en Marrakech fueron muy entretenidos, té a todas horas, paseos, y sobretodo un descubrimiento muy interesante y entretenido: "manejar con la bici por la medina",
en Marrakech hay muchísimas bicis y van como locos. Nosotros, una vez superado el miedo inicial, nos mimetizamos con los locales, y conducíamos sin complejos por las callejuelas de la medina esquivando burros, peatones, carros con todo tipo de enseres, niños, ancianos, vendedores, alcantarillas sin tapa, calles completamente a oscuras por la noche y todo tipo de obstáculos inimaginables... Y sólo un incidente, Liane, que recibió algunos juramentos en "mahometano" de alguien que estaba tranquilamente sentado y al que pasó por encima de los pies.
Gracias que allí los peatones están más que acostumbrados a este trajín y ni se inmutan, siempre caminan en línea recta, y yo creo que eso les salva de morir atropellados cada día.





Tras 4-5 días en Marrakech, y ver que no escampaba, decidimos echarnos al camino, con lluvia y todo. Durante el día apenas llovió, pero las dos primeras noches llegamos a destino casi oscureciendo, lloviendo, en pueblos de 50 casas que eran un barrizal, y gracias a la intermediación de nuestro políglota Rafa, se apiadaron de nosotros y nos acogieron. Aunque eran los "pudientes del pueblo" no dejaban de ser muy humildes, pero enormes en hospitalidad (mil gracias). Los siguientes días dormimos en las tiendas de campaña, no sin algo de miedo, totalmente infundado, porque lo único que encontramos al salir de las tiendas por la mañana, fue el desayuno caliente que nos llevaron unas niñas, desde alguna casa no tan cercana.
Y finalmente Essaouira, la parte más lúdico-festiva y relajante del viaje, dedicando estos días a la gastronomía, el baile y la música. Todo un lujo, con un apartamento bien chulo en la medina, por recomendación de una argentina que conocimos.

Memorable fue también el nivel de gastos del viaje, gracias a la administración causi-militar de Liane, nuestra tesorera, que estiró el dinero hasta el infinito, a pesar de pagar alojamientos, comidas y té, pasteles, fruta y tentempiés a cada rato, eso sí, en los lugares adecuados al presupuesto.
Aunque la última negociación hay que reconocérsela a Rafa: El transporte hasta el Aeropuerto:


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