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Tikal |
El 31 mayo dejo Cobán, y a los pocos kilómetros la carretera
deja definitivamente el Altiplano y baja hasta la selva, a sólo 100m de altitud, donde pasaré el resto del viaje hasta mi regreso.
Todo verde y frondoso... salvo donde queman la selva cultivo y pastos. Aquí los enemigos del cicloviajero pasan
a ser los mosquitos, el calor, y la humedad. En estas condiciones, dejar de pedalear es lo peor que se puede hacer, desaparece la brisa que te da la velocidad y el cuerpo suda y suda sin ninguna utilidad, pues hay tanta humedad que no se evapora nada. La mejor solución que encontré fue levantarme a las 4,30 para estar pedaleando a las 5 am, cuando sí es agradable.
Mi destino era Tikal, y dónde pasé las noches se fue arreglando como se pudo, pero siempre mejor de lo esperado. Y es un tema importante porque estamos en plena temporada de lluvias.... y mi tienda no creo que aguante el diluvio que cae aquí cada noche, afortunadamente por el día todo se queda tranquilo y se pedalea muy bien.
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Bomberos de Cobán |
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Alojamiento en Cuevas de Candelario |
La primera noche, tras
mucho preguntar por el camino, averiguo que me podré quedar en Cuevas de Candelario. Me quedé
casi gratis en una habitación a precio de camping, y como les faltaba agua, me
mandaban asear al río.... pero no hay mal que por bien no venga.... y en el
camino al río descubrí la senda que lleva a “La Cúpula de los Murciélagos”, enorme
gruta que visité solito y libremente a la mañana, aprovechando mi paseo al río.
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Con los vigilantes de las ruinas Mayas de El Ceibal |
Al día siguiente paro a
tomar un café en una cafetería de la Aldea del Tucán, donde la dueña, Iralia,
tiene un Loro bien parlanchín que es la alegría de los clientes.... me
contó (Iralia, no el Loro) que su padre trabaja en las Ruinas mayas de El Ceibal, donde se llega generalmente en
lancha, pero que también hay un caminito por el que yo podría llegar en
bicicleta.... Así que allá marcho... pero fueron tantos kilómetros que
casi se me hizo de noche, con el cielo amenazando caerse sobre mí en forma de tormenta, afortunadamente dicen que los jaguares no son habituales, pero lo más terrorífico es la oscuridad casi absoluta de la selva cerrada al atardecer, y los “monos
aulladores” que emiten unos rugidos espantosos que resuenan a kilómetros de
distancia.... pregunté a unos locales y dicen que no son peligrosos, y lo más te lanzan fruta, palos o te orinan o defecan encima si consideran que estás invadiendo su territorio. Es fácil verlos, y los vi por decenas por la escandalera que preparan cuando se trasladan de árbol en árbol.
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Ruinas mayas de El Ceibal |
Llegué al campamento de
los cuidadores de noche, y por supuesto que me dieron alojamiento y trataron
fabulosamente, se llevaron una gran alegría, especialmente Fidel, el padre de
Iralia, de quien venía recomendado. Allí no van casi turistas, y pasan 22 días
seguidos sin salir, así que la llegada de alguien a dormir o de visita les saca
de la monotonía.
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Camino de entrada-salida Ruinas mayas El Ceibal.
Camino o carretera, todo es así de verde y frondoso |
A la mañana siguiente
hice con los trabajadores la ronda de vigilancia por las ruinas, que como están cubiertas por la selva, se convirtió en un magnífico paseo
por la selva, machete en mano y abriendo brecha. Cada montículo es una pirámide y la labor de los
trabajadores es vigilar que no haya excavaciones clandestinas....aunque siempre les queda tiempo para buscar, comernos y regalarme algunos zapotes que la selva regala (fruta
naranja dulce y muy valorada).

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Bomberos de San Benito-Flores |
Tras el paseo matutino
por la selva de El Ceibal, no me dio tiempo a llegar a Flores, pero en Libertad los bomberos me dieron
hospedaje y finalmente llegué a Flores,
donde también me dieron alojamiento los bomberos de San Benito.... llegué bastante perjudicado tras 7 días de ruta, y casi no levanté cabeza en los dos
días que allí estuve.
Flores es una isla en el Lago Petén-Itzá, bonito, pero no
me entusiasmó, así que marché a El Remate, una aldea que sí me encantó,
tranquila y junto a una zona mucho más bonita del Lago Petén-Itzá, todo verde esmeralda, espectacular.
Para quien le sea de utilidad estuve en Alojamiento Casa de Dª Tonita, en la
carretera que rodea el Lago. Allí, a falta de otros turistas, pasé los días de la lectura al
baño..... y casi disfrutando de los diluvios universales nocturnos.
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Frontera Melchor (Guatemala) - Benque (Belice) |
El 8 de Junio retomo la ruta en Bici, y comienza una de las
aventuras más impredecibles de todo el viaje: intentar llegar a México
atravesando la selva para poder entrar en México ilegalmente (ya que salí
ilegal y oficialmente sigo en México, así que no puedo volver a entrar por la
aduana):
Tras mucho preguntar, contrastar,
consultar mapas e internet.... llegué a la certeza de que en temporada de
lluvias por la selva guatemalteca sería imposible.
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Glenis y Salomé de la Rosa en Los Tambos (Belice) |
Opción B: intentar cruzar por la selva de Belice, y subir hacia el norte por un camino que veía
claramente en Google Maps, pero que no figuraba en ningún mapa y que todos me
aseguraban que no existía, que además era zona montañosa y no vivía nadie.....
por mi parte, mi mayor miedo era si el camino quedaba intransitable en época de
lluvias....
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Familia "de la Rosa", en Los Tambos (Belice) |
Así que marché a Belice,
y quedé muy decepcionado cuando allí todo el mundo me aseguraba que era
imposible cruzar por esa zona, que no había caminos..... ya casi resignado a ir
3 días por la Autopista y pagar la tasa de salida de Belice y la multa de México......
PERO..... justo encontré el cruce que yo veía en Google, y no sólo eso, un
matrimonio de menonitas (esta zona de Belice está llena de ellos) me aseguró
que el camino que yo buscaba existía y era transitable..... ¡¡Bien...!! Pero había un problema, y no menor: Esos caminos son propiedad de compañías gringas y se necesita sacar previamente un permiso..... Me dio igual y
me lancé.... como siempre con suerte. En el ferri gratuito para cruzar un río, conocí a Salomé de la Rosa
y a Glenis, que no sólo me dieron “jalón” (llevar) de unos 10 km hasta la aldea de Los
Tambos, sino tienen familia allí, que me acogió esa noche.
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Mi "alojamiento" en Los Tambos (Belice) |
El 9 Junio fue el día D,
donde todo se podría ir al traste si no me dejaban cruzar sin permiso las
enormes fincas de compañías madereras gringas, yo llevé preparado todo un
arsenal de argumentos, nombres de gente que trabajaba allí, teléfonos de
contactos.... e incluso opciones B y C.... pero todo fue mucho más sencillo: La Bicicleta, que siempre abre puertas y corazones.... y me dejaron pasar sin problema, y no uno, sino hasta 4 retenes-trancas de control de diferentes compañías.
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Cruzando la frontera Belice-México |
Este día fue muy bonito
en general: madrugué y pedaleé con la fresca por la sombra de una selva muy
cerrada y casi virgen, al estar prohibida la caza, hay muchísimos venados y
otros animales, a mediodía dejé que pasase el calor bañándome en un río, y de
nuevo la tarde fue muy agradable para el paseo. Lo más curioso es que tras pasar todo el día sin ver a nadie, de repente comienzan a salir de entre la selva decenas de gringos
rubios, cual indios en época de conquistadores.... pero estos fueron bastante más
amistosos: eran Arqueólogos que están estudiando ruinas mayas de la zona....
¡Y me invitaron a pasar la noche en su campamento! Que fue todo un lujo en
mitad de la selva, con instalaciones fabulosas, un batallón de empleados y
cocineros, una tienda de campaña enorme para mí solo, con colchón..... en
fin.... que el Cicloviajero a todo se adapta, incluso a estos lujos donde uno jamás lo espera.
A la mañana siguiente quedaba el
último reto de esta aventurilla.... pero de los más importantes: ¡Conseguir
cruzar a México ilegalmente! De nuevo fui recopilando muchísima
información..... tanta, que cuando llegué al lugar, fui bien derecho a tramo
del río donde se cruza en una barquita desde Blue Creek (Belice) hasta La Unión
(México). Y hay que tener cuidado porque sólo a 500m está el paso fronterizo
oficial (que por cierto, nadie usa, los policías saben por dónde cruza la
gente, pero dejan hacer).
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Comité de bienvenida que me recibió en Chetumal (México) |
Y por fin en MÉXICO de
nuevo.... este día quería llegar como fuese a Chetumal, fueron en total 140 km,
con terracería, subidas y finalmente viento en contra.... pero llegué y allí
Paco y su grupo de bici urbana de Chetumal me tenían preparado un pequeño
comité de bienvenida..... ¡¡¡Muchas gracias!!!!
P.D.: Por quien pueda
interesar este recorrido Tikal (Flores) - Chetumal(México) que acorta la
travesía en 2 días y además trascurre por caminos en vez de Autopista, la
secuencia de lugares por los que ir preguntando son: Benque el Viejo, Santa Elena, Spanish Lookout, Los
Tambos, finca Yalbac, finca Gallon Jug,
Millpas Resort, Blue Creek. Son aprox 140 km de terracería, la última tienda la
encontráis en Los Tambos.
hermosas fotos! cuánto verde.
ResponderEliminarOleee ahi esa gran aventuraaaaaa!!!! Te imagino planeando las opciones A,B,C y D y tu cara de al final no tener que utilizar ninguna, jaja... las sorpresas del viaje... pero me quito el sombrero por haber salido de MEXICO de forma ilegal y haber vuelto a entrar de la misma!!!
ResponderEliminarando mirando la ruta que hiciste por Centroamérica... y si no me equivoco mirando las fechas la hiciste en varias partes no?? Una primera mexico, guatemala y belice, y otra... que comenzaste desde el salvador??
Un saludo y a seguirrrrr viviendoooo!!!! :*