Necesité poco para animarme porque tenía ganas de viajar en bici desde hacía años (¡las alforjas las tenía compradas desde hacía más de 10 años!), y la propuesta fue el empujón que necesitaba para hacer éste, mi primer viaje de bastantes que posteriormente he hecho.
No voy a hacer un Relato novelado del viaje, la novela debe ser la experiencia de cada uno, aquí sólo voy a pretender dar algunos consejos y nociones por si a quien vaya a realizar el Camino le son de utilidad.
Etapa 1: de Somport a Ruesta (Huesca) - Sábado, 19 de julio de 2008
El organizador del evento, Fidel, al que siempre agradeceré la invitación, ya había realizado el Camino de Santiago en otras ocasiones, y por ello quiso comenzar esta vez desde Somport, en Huesca.
Comenzamos 7 compañeros, aunque algunos cursaron baja algunos días después.
En Ruesta el albergue privado es aceptable, pero la cena pésima, y mira que con el hambre que llevábamos nos habríamos comido con gusto cualquier cosa.....fue la única vez en la ruta que cenamos mal.
En Viana, último pueblo de Navarra, estaban de fiestas y preparando una gran paella, que con el hambre que llevábamos.... pero faltaban 2 horas para que estuviese lista, y no era plan de parar tan pronto. El destino entonces decidió que eso no podía ser, que esa paella estaba hecha para ser probada por nosotros, así que a mí me mandó un pinchazo, y a Fidel una rotura de un radio de la bici, con las reparaciones ya nos dieron las 3 pm y pudimos dar buena cuenta de la paella, ¡¡que estaba tremenda!! Gracias vianeses!.... además unos vecinos de la plaza nos agasajaron con todo tipo de alimentos y bebidas, al punto que querían que nos quedásemos allí a pasar la noche.
Pasado Logroño, en Navarrete, mi grupo, el de "cola" decidió quedarse a dormir, y por mi parte preferí continuar y alcanzar a los escapados Alberto y Carlos (que por ir demasiado deprisa se quedaron sin Paella).
IMPORTANTE: yo no conocía correctamente la tradición, y aquí la cuento para que no os pase a vosotros si vais. Resulta que subí una piedra bien gorda desde abajo del puerto, para tirarla en la cruz y que se cumpliese el deseo. Pues no me valió de nada. Parece ser que la tradición (un cartel allí lo explica) dice que tiene que ser del lugar de origen, y el tamaño, además, no importa a efectos de recibir las gracias divinas.
Es de admirar que el Camino que ahora hemos hecho en 9 días, cómodamente y más como tradición que devoción, nuestros antepasados sí lo hacían llenos de fe, informándose de las mejores iglesias, de a quiénes estaban consagradas, de qué reliquias contenían cada una y en qué favores estaba especializado cada santo en cuestión.... para ellos sí que llegar a Santiago era la culminación a un peregrinaje sufrido y sentido, que ahora muchos no compartimos, pero que hay que entender y casi venerar, porque movió montañas.
¡¡ANIMAOS ha hacer el Camino!!, es un viaje que a poco interés y cariño que se ponga, no deja indiferente a nadie, en lo cultural, en lo espiritual e incluso en lo deportivo (el ir dejando atrás poco a poco, gracias al esfuerzo propio, Los Pirineos, el Ebro, Castilla...). En bici es más cómodo, pero me ha parecido que tiene que ser más bonito andando, hay más gente, van al mismo ritmo, pueden conversar y coinciden en casi todas las etapas, además mucha gente va sola, cosa que en bici, al tener diferentes ritmos, puedes fácilmente continuar solo todo el camino.
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Estapa 2: Ruesta (Huesca) a Estella (Navarra)
Unos 110 km, la más dura.
Fiel a mis principios huí de la carretera y quise seguir fielmente el Camino, pero el Camino está muy mal indicado y a partir de Sangüesa me metió por una montaña que no se acababa nunca y en la que tuve que ir empujando la bici, para finalmente abandonar, echarme a la carretera y bajar los 400 o 500 m de desnivel que ya había ganado, para volverlos a subir.
Todo el día tuvimos un viento en contra insufrible.
Salvo para devotos, no recomiendo hacer la variante Aragonesa del Camino, va muy poca gente y no tiene el jaleo y alegría de los cientos de peregrinos que nos encontramos tras enlazar con el Camino clásico de Navarra
Etapa 3: Estella (Navarra) - Azofra (Rioja)
Tras la paliza del día anterior no sabíamos cómo iban a responder las piernas.
Menos mal que a unos kilómetros de la salida encontramos remedio a nuestros males ¡la fuente del vino! y no es broma que en mi caso fue mano de santo, pegué unos buenos lingotazos, que a esas horas de la mañana surtieron rápidamente su efecto terapéutico, ¡y como nuevo!, subía las cuestas que no me enteraba.
En Viana, último pueblo de Navarra, estaban de fiestas y preparando una gran paella, que con el hambre que llevábamos.... pero faltaban 2 horas para que estuviese lista, y no era plan de parar tan pronto. El destino entonces decidió que eso no podía ser, que esa paella estaba hecha para ser probada por nosotros, así que a mí me mandó un pinchazo, y a Fidel una rotura de un radio de la bici, con las reparaciones ya nos dieron las 3 pm y pudimos dar buena cuenta de la paella, ¡¡que estaba tremenda!! Gracias vianeses!.... además unos vecinos de la plaza nos agasajaron con todo tipo de alimentos y bebidas, al punto que querían que nos quedásemos allí a pasar la noche.Con mucha pena, pero con la barriga bien llena y el espíritu afectado por el vino, pacharán, chupito, champán y demás, nos pusimos camino de Logroño.
Pasado Logroño, en Navarrete, mi grupo, el de "cola" decidió quedarse a dormir, y por mi parte preferí continuar y alcanzar a los escapados Alberto y Carlos (que por ir demasiado deprisa se quedaron sin Paella).Llegué anocheciendo al Albergue de AZOFRA, municipal y por 3€, es el mejor de todo el Camino, habitaciones dobles, sin hora de cierre, todo muy limpio, patio agradable....
Y resulta que en Azofra también estaban de fiestas, y como no podía se de otro modo en La Rioja, vino gratis hasta hartarse. No era plan de que la cama pareciese un barco, por lo que nos moderamos.
Y resulta que en Azofra también estaban de fiestas, y como no podía se de otro modo en La Rioja, vino gratis hasta hartarse. No era plan de que la cama pareciese un barco, por lo que nos moderamos.
Etapa 4: de Azofra (La Rioja) a Burgos - martes, 22 de julio de 2008
Me gustó la parte de los Montes de Oca, en tiempos, llenos de asaltantes de caminos.
La entrada a Burgos es caótica por la obras del Aeropuerto.
El Albergue..... el suelo del polideportivo, del que nos estuvimos acordando los 3 días siguientes, por el dolor de costillas que nos quedó.
A Burgos habíamos llegado muy tarde, y estuvimos debatiendo un tema trascendental: No nos daba tiempo a terminar el Camino para el domingo.
A Burgos habíamos llegado muy tarde, y estuvimos debatiendo un tema trascendental: No nos daba tiempo a terminar el Camino para el domingo.
Solución: Hacer una pequeña trampa y adelantar hasta León o Astorga en transporte.
Problema: ni trenes ni buses ni nada de nada, así que cuando ya eran las 11 de la noche fuimos a dormir al Albergue y a la mañana siguiente alquilamos un coche y fuimos hasta Astorga.
Etapa 5: Astorga - Ponferrada (León) - miércoles, 23 de julio de 2008
¡No era para tanto el Puerto de la Cruz de Ferro! todo es cuestión de mentalizarse de que a base de dar manivela, sin prisas, al final se llega arriba.
IMPORTANTE: yo no conocía correctamente la tradición, y aquí la cuento para que no os pase a vosotros si vais. Resulta que subí una piedra bien gorda desde abajo del puerto, para tirarla en la cruz y que se cumpliese el deseo. Pues no me valió de nada. Parece ser que la tradición (un cartel allí lo explica) dice que tiene que ser del lugar de origen, y el tamaño, además, no importa a efectos de recibir las gracias divinas.
Etapa 6: Ponferrada - El Cebrero
El Cebreiro o Cebrero, sí fue una subida más curiosa, rampas del 20%, por lo que las del 15 % servían para relajar....
y cada poco, uno, todo iluso, pulsaba la palanca del cambio de la bici, a ver si por un casual quedaba alguna marcha por subir.... pero no, la velocidad crucero era de 5 km/h, menos mal que los caminantes iban por otro lado, que se habrían dado el gustazo de adelantarnos.
y cada poco, uno, todo iluso, pulsaba la palanca del cambio de la bici, a ver si por un casual quedaba alguna marcha por subir.... pero no, la velocidad crucero era de 5 km/h, menos mal que los caminantes iban por otro lado, que se habrían dado el gustazo de adelantarnos.
Etapa 7: Cebreiro - Portomarín
Día lluvioso, casi nos quedamos en el hotel hasta el día siguiente.
De este día destaco el haber compartido final de etapa con otros 3 bici-peregrinos de Huesca (Mabel, Marcelo y su novia), me ayudaron con un pinchazo, eran majísimos y lo que más me impactó es que ellos sí viajaban en plan sencillo, cocinando y compartiendo en los albergues, y no por cuestión económica.
Etapa 8: Puertomarin - Arzúa - sábado, 26 de julio de 2008
Bajada, subida, bajada, subida... nunca se acaban, así que es mejor no molestarse con las cuestas, están ahí desde hace siglos, se suben y punto.
Más molesto eran algunos pueblos que vivían de la ganadería vacuna, y lo que parecía tierra no lo era, y lo que parecían charcos de agua, no lo eran. ¡Y en la bici todo salpica para arriba!
Etapa 9: Arzúa - Santiago de Compostela - domingo, 27 de julio de 2008
¡Y ganamos la compostela! según dicen, aunque al ser año no jacobeo, nos condonan sólo un tercio de los días de purgatorio que nos correspondan, con un máximo de 200.
Por cierto, cuando pidáis La Compostela mucho cuidado con lo que decís, a mí me preguntaron motivos, y dije “culturales y tradición”, me preguntan “¿pero algo de relación con la religión tiene?”, contesto “bueno, pues sí”.... y Compostela Religiosa me dieron. Aunque casi me alegro porque es la tradicional, en latín y eso siempre luce más.
Es de admirar que el Camino que ahora hemos hecho en 9 días, cómodamente y más como tradición que devoción, nuestros antepasados sí lo hacían llenos de fe, informándose de las mejores iglesias, de a quiénes estaban consagradas, de qué reliquias contenían cada una y en qué favores estaba especializado cada santo en cuestión.... para ellos sí que llegar a Santiago era la culminación a un peregrinaje sufrido y sentido, que ahora muchos no compartimos, pero que hay que entender y casi venerar, porque movió montañas.¡¡ANIMAOS ha hacer el Camino!!, es un viaje que a poco interés y cariño que se ponga, no deja indiferente a nadie, en lo cultural, en lo espiritual e incluso en lo deportivo (el ir dejando atrás poco a poco, gracias al esfuerzo propio, Los Pirineos, el Ebro, Castilla...). En bici es más cómodo, pero me ha parecido que tiene que ser más bonito andando, hay más gente, van al mismo ritmo, pueden conversar y coinciden en casi todas las etapas, además mucha gente va sola, cosa que en bici, al tener diferentes ritmos, puedes fácilmente continuar solo todo el camino.
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